Porque las ideas importan. Y algunas valen la pena sangrar por ellas.

Vivimos en un mundo lleno de ruido. Opiniones fuertes. Titulares polarizantes. Perspectivas superficiales.
Pero debajo de todo ese volumen, hay un anhelo más profundo: un deseo por algo real, verdadero e inquebrantable.
Creo que el Evangelio de Jesucristo ofrece eso. Pero muchas veces, se necesita luchar para verlo con claridad.

Por eso existe este espacio.

¿Qué es “Ideas Worth Wrestling With”?

Es un espacio para buscadores y pensadores. Para creyentes, escépticos y los que están atrapados entre ambos.
Es un lugar donde puedes traer tus preguntas, tus dudas, tu intelecto, tu pasión—y descubrir que la fe no te pide dejar nada de eso en la puerta.
Es un lugar donde luchamos bien: con las Escrituras, con la cultura, con la filosofía, con nosotros mismos.

Declaración de Misión:

Ideas Worth Wrestling With existe para ayudar a las personas a pensar con profundidad y amar con valentía—equipándolas para perseguir la verdad con gracia, y caminar por la duda, la complejidad y la convicción con Jesús en el centro.

Lo hacemos a través de:
Escritura bíblicamente fundamentada, Teología reflexiva, Herramientas de discipulado guiadas por el Espíritu, y Conversaciones abiertas y sinceras

Esto no se trata de tener la opinión más ruidosa.
Se trata de ser fieles—a Dios, a las personas y a la verdad que libera.

¿Por qué yo? ¿Por qué luchar?

Porque esta también es mi historia.

Soy Aaron Bean—un protector por naturaleza, un pensador por llamado y un discípulo en proceso.
Pasé años trabajando como operador del 911, entrenado para entrar en el caos y servir a otros en sus peores momentos. Ese mismo espíritu ahora me mueve a luchar en una batalla diferente: la batalla por la verdad en un mundo confundido.

He estado parado frente a otros, espada en mano, cortando las mentiras que venían contra ellos.
Pero durante gran parte de mi vida, dejé que el enemigo torciera lo que era verdad—hasta que empecé a creer cosas que Dios nunca dijo sobre mí.
Permití que la vergüenza hablara demasiado fuerte.
Dejé de levantar mi escudo.
Pero Dios…

Él comenzó a enseñarme a luchar por mí mismo de la misma manera en que luchaba por los demás.
A luchar no solo con ideas—sino con identidad, valor y gracia.
A dejar de agachar la cabeza.
A levantarme.
Y a decir: “Hoy no, enemigo.”

Este sitio no es una plataforma—es una forja.
Un lugar donde la verdad se martilla, y la gracia suaviza el acero.
Donde comparto lo que estoy aprendiendo, no porque ya haya llegado, sino porque también estoy siendo moldeado.

Hacia dónde va esto

Declaración de Visión:

Imaginamos un mundo donde las personas ya no teman la duda o la complejidad—sino que las enfrenten con valentía, convicción y Cristo en el centro.
Vemos a pensadores convertirse en adoradores. A escépticos transformarse en discípulos. Y a creyentes cotidianos aprender a empuñar la verdad como una espada—no para herir, sino para liberar.

Esto no se trata de construir un nombre.
Se trata de ser fieles al Suyo.

Y si tan solo una persona se va con una fe más profunda, una mente más clara y un corazón más abierto—
entonces habrá valido la pena luchar.